Al César lo que es del César y a Hacienda lo que es de Hacienda. De este modo podríamos titular este post para entender cómo evitar problemas y dolores de cabeza con la Agencia Tributaria.
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Diferencia entre persona autónoma y persona privada
A menudo, trabajar como autónomo independiente significa no ser consciente de que, en nuestro día a día, estamos ejerciendo a veces como un particular en su vida privada y, otras veces, como “empresa” en su actividad profesional.
La confusión viene porque, en ambos casos, la persona que lo ejecuta somos nosotros mismos, con nuestro nombre y apellidos, y eso confunde.
Es más fácil identificar a Pepe Rodríguez como empleado de la empresa “Servicios Integrales SL” que a ese mismo Pepe Rodríguez dado de alta de autónomo como cocinero y quien a veces ejerce como particular (Pepe haciendo la compra para su casa) y otras ejerce como “empresa” (Pepe haciendo la compra para cocinar un encargo a cambio de un precio).
Aún así, aunque sepamos la diferencia, también a menudo es difícil saber dónde está el límite entre el “yo” particular y el “yo” empresa. En dónde acaba uno y empiezan los derechos y las obligaciones del otro.
Esta confusión acaba por traer numerosos problemas, como declaraciones de renta mal hechas que te acaban perjudicando, el no beneficiarte de deducciones por desconocimiento, declaraciones de impuestos mal presentadas, sanciones y lloros, y un sinfín de quebraderos de cabeza.
Por ello, te recomiendo actuar de una manera financieramente más inteligente ya que te aclarará y facilitará mucho las cosas, además de ahorrarte problemas.
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Separa los ingresos y gastos de tu vida privada de los ingresos y gastos de tu actividad profesional.
Ten una cuenta bancaria distinta para cada una de ellas, por separado. Una cuenta para los ingresos y gastos de tu vida privada y una cuenta para los ingresos y gastos de tu negocio.
Aunque parezca algo intrascendente, es fundamental. Podrás ver, de forma muy clara, cómo marcha tu vida y como marcha tu negocio y, a partir de esa información, poder tomar decisiones más inteligentes para mejorar ambos aspectos.
Hacer esto te va a dar mucha claridad y es algo que muchas personas no hacen, sino que entremezclan todo en sus cuentas (vida privada y negocios) y, al final, no saben si el negocio les marcha bien o no ni como mejorar los resultados. Solo saben si llegan a final de mes.
Ser consciente de tu situación financiera real te va a dar el superpoder de poder tomar decisiones para mejorarlo. Si no te das esta información a ti mismo, solo vivirás en el mundo de las suposiciones.
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Separa lo que es tuyo de lo que es de Hacienda
Otro error habitual es dar por sentado que todo aquello que ingresas es un beneficio tuyo. Y que, como beneficio, te lo puedes gastar como y cuando quieras.
¡Pero no es así! Una parte de lo que facturas es de Hacienda y tú solo estás haciendo de intermediario obligado entre tu cliente y Hacienda, a quien le guardas su dinero. Los casos más claros son el IVA y las retenciones.
El IVA es un impuesto que cobra el estado a las personas consumidoras a través de las facturas que emiten los profesionales (como tú) y, estos, se lo tienen que ingresar.
Por ello, un consejo de inteligencia financiera es que apartes el dinero que corresponde a impuestos y no los toques.
Muchas personas no lo hacen y, luego, a la hora de presentar las declaraciones fiscales y tener que ingresar a Hacienda su dinero, no lo tienen porque se lo han gastado. Más sustos y lloros.
Ejemplo: Te han pagado una factura de 242€. Probablemente 42€ correspondan al 21% del IVA y 200€ es tu ganancia.
Guarda los 42€ en una cuenta de impuestos. Así con cada factura. Y no lo toques, porque ese dinero no es tuyo. Con ello te aseguras que eres consciente de las ganancias reales que tienes (que son 200€ y no 242€), cuál es el dinero que puedes gastar o invertir tranquilamente porque es tuyo (200€) y que ya no deberás preocuparte más por si al hacer declaraciones de impuestos te va a faltar dinero a ingresar a Hacienda (42€).
Esto que parece sencillo, aplicado a muchas facturas y a muchos miles de euros, puede suponer impulsar o enterrar tu negocio.
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Conclusión
Es importante ser consciente que dentro del emprendedor conviven 2 personas con derechos y obligaciones diferentes: el particular y el negocio.
Es importante separar la contabilidad de ambas personas.
Esto te será muy útil para conocer mejor cómo gastas tu dinero particular y cómo marcha tu negocio para poder mejorarlo.
Separar el dinero de Hacienda es un seguro de tranquilidad que además te da un baño de realidad sobre cuál es el rendimiento real de tu negocio.
¿Te habías planteado estos aspectos? ¿Qué opinas? Si ya lo habías puesto en práctica, ¿qué conclusión sacaste? Te leo en los comentarios.
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